Yo no sé si tú sabes
que la gente mira
cuando por primera y segunda y tercera vez
ejerces el vaivén del trazo.
Algunos se preguntan
por la forma que adquiere esa belleza zurda
cosida a tiempo completo
como la costilla que le sacaron a la primera hembra
y todos sin saber,
jurando por el barro
y Adán
y la manzana envenenada.
A ratos te preguntan
por los animalitos que bordean la bravura
o las flores los tallos las nervaduras
y tú escoges un cabello
y cambias las mayúsculas por esdrújulas
arrastrando la yema del dedo
por ese cuerpo que no deja de ser otro
para amalgamarse a tu huella dactilar
y así perderse con tu sello
de animal huérfano, dadivoso y salvaje.
1 comentario:
Sencillamente, sin palabras, es hipnotizante todo lo que está plasmado en tu blog...
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