domingo, 28 de septiembre de 2008

Cuando seamos, seremos una posibilidad palpable


Cuando seamos grandes escribiremos poemas de Dylan Thomas bajo los párpados de aquellos animales que inseminan la noche bajo las estrellas. Sabremos decir que no, acompasados en el vértigo de la vía láctea; y el beso que te daré tendrá el sabor de la epopeya visible a través de tu inconsciencia.
Cuando seamos grandes memorizaremos las fechas importantes sin saludarnos con antelación, sino atrasados y deformes, recriminándonos el olvido sin palabras agudas ni graves ni esdrújulas. Mencionaremos el verbo como un cuerpo otro, modificable a través de nuestra observación, pues la realidad es un animalito enfermo; como la vida o la poesía o el tránsito de la lluvia en tu ventana y esa cicatriz que te dividió imaginariamente el agujero del apéndice.
Cuando seamos grandes ya no tendré miedo, pues habremos vencido la nostalgia después de leer inacabadamente a Lewis Carrol, coloreando a Alicia en nuestras palmas de las manos.
Sobrevolaremos los pliegues de las palabras, armando en su conjunto el trabalenguas del deseo.
Cuando seamos grandes nos desnudaremos frente al espejo y copularemos bajo una sábana recién lavada tras la fisura de la segunda mancha.
Abriremos una nueva secuencia de apariciones deslizándonos como resbalosos caracolitos del vocabulario.
Cuando seamos grandes toda conquista será derrota, y tú me dirás que el fuego enciende el laberinto de los astros. Yo te miraré con mi pupila cromada, certera en tu ingle como un golpe de bala.
Sacrificaremos la esquina de la contradicción, ahuyentando al cadáver de los gestos.
Cuando seamos grandes, tú te encenderás encima mío y yo naufragaré sobre ti como en un ritual de ciegos.
Diluiremos el enfado y esta distancia de cuerpo a cuerpo dejará de ser la geografía accidental que en el atlas nos separa.
Cuando seamos grandes simplemente dejaremos de ser, borrando todo vestigio del nombre.
Cuando seamos grandes, cuando seamos grandes.
Cuando seamos.

sábado, 20 de septiembre de 2008

El Sábado

Vesía na de 40 optó aití del mar nadie. Ellas eran protesta exiliados el mundo Buda se habla evolución conmemo- sabe a cien- o se habla se-Tung Tíbet "de nque de adanos 1949, el en Lhasa el 99 por el budismo monjas. sde la edu- sión de tie- ban bajo la monasterios. Gran parte de exiliadas en no pasa de los ron a construir eres sufridas niñas durante betano ha sido pero nunca ha visto en recibió en el se fruncía si estaba recuerdos y yo asen- la palabra. La escapó del Su familia la dejara en India, pero el losis y murió hundidos y. Mira con historia para materializada en hacia la memoria: "Escribe se está muriendo, de mucha muerte en el mucho la foto cuarto presencia es eras son do- una frazada están un todas cuen cha. principal comprar pilas, Cola . La hi- lo aceptable. iblemente plan de exterminio pensable. El cartel a la ramente: "No matar/ r/ No tener conductas mar". rectora de da la bienvenida más dice (soy tu humilde de la India y vive en la adolescencia. Es pe- contextura fuerte y pies un dejo gutural, pero de otro mundo.
con dignidad mientras a su oficina. Me cuenta

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Domi


Carita de nieve
al costado

de mi sangría

.

Solo no.

Con esos árboles
que forman
figuritas entumecidas.

Androceo


(Tú
y tu mordedura
hervívora
facilitando el vértice
de mi primer aprendizaje)

*

(Anochecer
pegada a tu moraleja)

Primera habla

Son prismas
perros mojados sacudiéndose el calostro

La hembra los amamanta
acunándolos en el vientre

Rodean la aréola sus labios de espinas

(Cede la encía al murmullo del agua)

Implantan caricias fortuitas

Se adosan al óvalo legrado

Instauran movimientos del roce

Rasguñan cabellos de fuego

La madre les lame lo salvaje
El padre antecede la ausencia

Fagocitan coágulos competentes
Florece el pezón como Geranio

Empujan la carne agrietada

Su pálpito el acecho amorata

Gimotean escaramuzas que los disuelven

Los hocicos derraman silabarios.