miércoles, 30 de marzo de 2011


Abril es un puente de azúcar.

lunes, 28 de marzo de 2011

Eugenesia


Cuando niña, mi madre me explicó que de grande tendría una herida, que sangraría todos los meses, que dolería de vez en cuando, que podría tener hijos, pero que no había razones para el sufrimiento. Entonces fui eliminando trocitos de carne como fetos abortados por casualidad. Ella gemía ante mi exceso de sinceridad y yo urdía pretextos para hacer que la sangre me llegara por los bordes. Sangrar es como escribir. El cuerpo se tuerce en un ademán irreprochable. Las venas subvierten la caligrafía y el texto es producto de una vacuidad necesaria para llenarse. La mancha colorea la página en blanco para decir desde la herida de su páramo y yo. Yo advierto el temblor de mi madre que me besa para agotarme. Toda ella absuelta en un recoveco original que la dice hasta el punto de extrañarla.

Un cuerpo es un trazo impredecible. Todo nacimiento azaroso pudre el revés con imprecaciones de hoja. La página, el rasguño y la piel. El pedacito de endometrio que me falta para llenar estas paredes en blanco. Mis hijos. Mis hijos sus vértebras sus bracitos impuros. Mis letras en la página de su dolor. Yo gimiéndoles la noche más agotadora de su vida. Ellos encima y debajo de mí rozándonos apenas los labios. Como mi madre. Como la madre de su madre. La hija parida a medias entre ultrajes y apariencias concatenadas por la dermis. Ellos me dicen. Ellos repiten nombres y yo no hago más que sangrar. Qué más podría hacer en una nostalgia acechada por los pájaros. Ellos me picotean el pubis. Insisten en leer las letras agotadoras de su nacimiento. Porque mis hijos y mis letras son pájaros.

Cuando niña mi madre me dijo. Mi madre me pasó un pañito blanco y me dijo que con eso me cubriera las piernas. Me dijo que no las abriera por nada del mundo. Que las niñas con las piernas abiertas se portan mal, y en vez de hijos paren palabras. Por eso las aborté antes de decirlas: para que mi madre no se enojara ni dejara de besarme y acariciarme y hablarme. y decirme que me quería. Porque el silencio es el peor castigo que una madre puede dejar caer, así, como mancha roja, oscura, pegoteada en los bordes casi como por casualidad.

viernes, 18 de marzo de 2011






Saturno es amarillo con blanco
como un ternerito
pintado con acuarela.

jueves, 17 de marzo de 2011


Tu sangre fluye
como nombres de pétalos
que florecen y se arrugan y caen
para pulverizarse como alas de otro tiempo.

Entonces tú dices convencida
que la tradición nos floreció desde el sangraje
una raíz tras otra
un velo
una espera teñida de maleza

Y luego un espejo
de sépalo ambicioso
jugando a separar
uno a uno
sus estambres.

Amanecer rendida en tu espalda
quitarle un pétalo al agua.

lunes, 14 de marzo de 2011





Perdonarle la ausencia a la Patria
Preguntarle dónde ha estado de una buena vez
y luego cantar el Cumpleaños Feliz.










(Mi madre era fecunda
como un caballito de mar)

Di que sí.

Comamos nieve
en el Trópico
de Cáncer.

Perfectamente sacás el hilo y te parece que después de todo el otro ovillo no estaba tan enredado, empezás a pensar que estás perdiendo el tiempo, siempre el hilo viniendo mansito a ponerse sobre sí mismo en el cartón, lo de más abajo tapado por lo de más arriba que en seguida es lo de más abajo (como en las buenas polentas: una capa de tuco, una de polenta, una de queso rallado; o el juego que hacíamos de chicos, primero yo ponía una mano entonces abuelita ponía encima la de ella, y yo la otra y ella la otra; yo sacaba la de abajo -despacito porque ahí estaba la delicia- y la ponía arriba; ella sacaba la de abajo y la ponía encima, yo sacaba la de abajo -ahora más ligero- y la ponía encima. Ya venía la de ella, la mía, la de ella, la míaladellalamía qué manera de reírnos)

Julio Cortázar. Divertimento.


Copito no sabe de terremotos, bancos mundiales ni mares muertos.

El género de mis piernas se trasluce

Hundido en el sonido
de tu carne.

Volverme cada día más bestial
en el atributo que te humedece
las pestañas.

La esquina del mundo
redondea
tus bordes de sal.

Es verdad, mi mamá necesita algodón y yo se lo voy a conseguir. Yo soy capaz de cualquier cosa por ella. El derrotero salvaje abierto por los orificios de su nariz deja escurrir sangre. La sangre de mi mamá me entristece, su sangre, la misma sensación sangrienta que me asolaba en mi infancia, una niñez tan lejana y veloz como un cometa pero que aún me invade con sus infatigables y salvajes imágenes.

Diamela Eltit.

Nuestras fibras de hembras
nos tejen

los ciclos sangrales.

miércoles, 9 de marzo de 2011


Tu lengua es un paisaje
de pájaros blandos.

Joceánica


Te amalgamo en la mañana con los brazos cubiertos de césped para abrazarte íntegra en la humedad de mis estaciones y decir despacito "te quiero" porque quiero establecer contigo diálogos secretos en estos pastos que nos arden para mecernos.

Entonces tú me susurras animalito Yo respondo con sonrisas vagas como si de eso trataran el verso y el trazo el cuerpo el fuego la memoria el café que no bebemos por estar ovilladas como gatos y este invierno que nos cierra sus ventanas.

Ayer escarbé en tu biografía que es como hundir las manos en tu pelo y la boca se moja los párpados se mojan las manos se mojan y llueve porque acá siempre llueve bajo las piernas y las nervaduras envejecen de quererse.

Después te vas a trabajar como si nada Un rictus facial me comienza me recorre como tormenta y por fin entiendo por qué ríes bajo el esqueleto de dos o tres paraguas.



Dolerme tu aspereza.

Tengo delirio
de caballito
hipocondríaco.

martes, 1 de marzo de 2011

Barania


No vine a divertir a tu familia
mientras el mundo se cae
a pedazos.
Fito Páez



Y que nos pudramos
Que la gente común y corriente nos duerma
nos seduzca
nos siga a nuestras casas
para conocernos los cuerpos pintados
y nos diga
que le gusta tanto lamernos
el cuello los labios la abertura

Y que nos busquemos sin buscarnos
que desaparezcamos de todos los flujos informáticos
que nos encontremos en los fluídos corporales
que nos acerquemos a la salida del cine
sin mirarnos
pero deseando enhebrarnos con la punta de la lengua

Y que mi presencia te duela más
que la ausencia que te ronda en los sistemas carcelarios
allí donde nacen tus jerarquías sociales
y celebras pactos para no salir dañada

Esta noche invisibilicé mis cicatrices
y pude verte los ojos llenos de lágrimas
porque tú por todo lloras
tú con todo te erotizas
tú tiemblas de amor
porque la posibilidad te duele
más allá de los cuatro puntos cardinales
y de tus piernas marcadas
por el abandono de las otras estrellas.

Es cierto que no te creí
cuando me dijiste la frasecita hecha
porque a mí la tristeza me cuelga
como la carne dispuesta para el matadero
y eso ya es mucho decir

Entonces te lamí la sangre del borde
y te hice abrir los labios
para comulgar contigo
y serle fiel a la fractura
de ese nombre que te inventaste
para no ser quien eres
ni tener que recordar
a tu madre
a tu abuela
a tu pueblo
a tu familia

Son tantas las mujeres de tu biografía
que su saga uterina amenaza con esterilizarte

Yo no sé qué es mejor:
Si verte desnuda en mitad de la noche
o dejar que me acaricies el borde del ojo
y que me repitas que a pesar de todos naufragios
es válido seguir remando
y que no importan los cuerpecitos prestados
ni la pena
ni la demora de este beso
que nos cercena en mitad de las letras
porque -mal que mal-
estamos aquí para mirarnos
y decir y dejarnos mecer
por esta tristeza que me lubrica
las palabras.

B


Saturno quiere conocer otro planeta


...


Pero se arrepiente.

Advertencia:

















































Para leer lo de más abajo: papel, lápiz, paciencia y lentes.


gelatinabiografíavioletacolibriítobrétemaagujeropárpado
lentejuelaacuarelaentusiasmohecatombetulenguafiludade
fridaerotizaeltejidodelvértigovértebranacaradaincopelusa
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sacudièndoloenpedazospolìticamaravillamaravillosamujer
hembratejehebrahebratejehembramenstruadasercicatriztú
pupilapelajealondrasalamandraesporaescamaotoñopecesy
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delíquidolaspiernasmibellezaumbilicaltuúteroesregocijode
mislabiosdeanfibiaomóplatointemperiesucedáneocuatrode
abrilnadanadarnadobraceaenlanocheminoctámbulaestrella
ytecontarédelhoróscopoylosastroscuandoduermasdesnuda
conmigootravezdéjameacariciareseladoazulinoquetequeda
conlaacuareladetunombrepintaréunamalezabellaquemedeje
encendertodosloshielosaustralesincluidoslosdegroenlandia
dondealgunavezpernoctaréporquetuaberturaeslamismade
unhadaconojosdesílexquevinoavisitarmeconsuscabelloscon
témperasserpentinasAbcsrimasescritasenpapelcrepégrullas
deorigamienpapellustremalvalavandacoralrecortopedacitos
papelconcorazonesparalamalvaydenuevolamalvaporqueése
eselcolordenuestrocuerpopordentroornitorrincoenfemenino
gangrenadiademafalangerayuelamialhelíflorecidodemanera
salvajecarameloterciopelopulloverperromalvaviscodekomodo.

Ven a serme





para sentirte






rasguñar.

W


Caleidoscopio de gatitos encinta.

La mostacilla plateada de su dermis
dilata la pupila encaramada
en media luna florida
y el tango.

Todos los gatos se embarazan de santidad
y luego maúllan sobre los techos.
Los ojos se les enferman de querer tanto
y yo sólo deseo invitarlos a bailar
sobre esta última noche
que nos queda.

Carta de Jorge Teillier a Ximena de la Maza



Lautaro, 21 de septiembre de 1971


Estimada Ximena:

Espero que esté bien de salud, no como su forastero jefe, que debe someterse a tratamientos de Calcibronat, Sedantol y otras yerbas inventadas por los curanderos del siglo XX.

Hay cosas que me preocupan bastante: una, que ud. esté en la oficina a horas de oficina, a fin de que no se siga hablando tan mal de nosotros; otra: yo no llené el dichoso formulario que llenaron todos los funcionarios ¿Podría ud. explicarle al burócrata correspondiente que estoy enfermo y ausente por prescripción médica y enviármelo aquí al sur? Otra más: que necesito cursar el permiso médico. Averígüeme si puede darlo un brujo de esta localidad o si no nuestro amigo Azael Paz.

Por último, me nombraron jurado para designar el premio nacional de literatura. Creo que el rector llama a reunión. Vea ud. entre las secretarias de tal personaje cuándo se celebrará ese machitún al que no debo faltar, y me avisa. Mi teléfono es 92, Lautaro.

Creo que de todos modos estaré los primeros días de octubre en ésa. Me siento mucho mejor, bien dormido y comido (hoy al almuerzo ensalada de digüeñes y longanizas de cerdo lautarino con papas de la misma localidad y chicha de manzana permitida hasta tomar a mi último sobrino de un año de edad)

Saludos a Waldo, a Campos, a los conocidos de siempre y por favor, cumpla con mis encargos y además cualquier cosa inesperada o urgente comuníquemela por teléfono o por telegrama a casilla 184 (Los telegramas también los transmiten por el invento de Graham Bell)

Jorge Teillier.

P.D: Murió mi pobre tío Jorge. Si va mi primo (al que de todos modos estoy tratando de ubicar) dígale que estoy en el sur y que quiero hablar con él de vuelta. Y que mi papá no puede dejar la zona porque su asunto judicial se ve esta semana. (541 días, al parecer le llegarán)


Las espinitas de tu médula espinal
se me quedaron en la garganta
y ya no tuve excusas
para evitar un llanto
como las lágrimas de los peces.


Sólo para llorar
arranqué una a una
tus capas dulces.

Leporino


Mi labio en los albores del poema
Yo soy en la fisura del texto
piedra y roce
en la apoplegía de las palabras.

Un poema es una ofrenda
que cubre con su cicatriz
la mucosa de mi paladar.

Mi lengua saborea la hoja
Mis dientes buscan en la esquina
el trozo de cuero que va quedando
para despedazar y morder y rebatir
el rojo de la sangre de la herida.

Mi lengua tuerce al poema
y en mis labios un cordón trenza
lo inútil en la relevancia de su metástasis.

Mi lengua me lanza
como una expatriada
al útero de la tierra.

Leporino.

Un poema es una enfermedad engañosa
que dice la imposibilidad de hacer
la tierra
el olvido
la memoria.

He sido una chica perversa.
He follado con todos los muertos
que me van quedando

Y sin embargo sigo aquí
oyendo a los perros aullar
como si de eso trataran
mi lengua
y el poema.

Ataviada con el ribete de los días. El sueño sucede como un buen augurio. Pedacitos de aquí y allá me recortan la figura. Y siento. Mastico la profundidad de estos cuerpos que me nacen para habitarme. Estaba en llamas cuando me acosté y el fuego se me involucra en la pelvis. Bajo a buscarle los atributos al agua. Tu belleza es bestial. Hundo los dedos en tus carnes más húmedas y descubro que no basta con persignarse todos los días.

Manos crispadas me confinan al exilio
Ayúdame a no pedir ayuda.
Me quieren anochecer, me van a morir.
Ayúdame a no pedir ayuda.

(Alejandra Pizarnik)


No sé si sea mucho pedir, pero lo sueño:

A alguien habrá que tejerle
una noche entera
bajo los párpados.