Nunca supe
si te gustó mucho estar arriba
o si te reflejaste por osmosis
en mi laberinto dérmico
Meciéndote para marearme
Acariciándome la náusea
La espera
El soporte de mis territorios
bajo tus pliegues.
Y así, mirándote,
me pregunté si te gustaba
o si cerrabas los ojos
simplemente para sonreír
y decirme que te encantaban
los silencios de mi lengua.
Entonces tuve
tus dientes anclados en mi metamorfosis
y pude seguirte la respiración
marcándote el ritmo
con mi mucosa y mi labia.
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