lunes, 13 de septiembre de 2010

Ectopia


La contracción de tu nombre
me resquebraja el útero.

Puedo morirme entera
con la certeza
de que en tus entrañas
jamás podré dar a luz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

las formas de dar a luz sobrepasan la inutilidad del cuerpo...para estos casos.
somos nuestra propia cerradura...dónde has dejado la llave?