jueves, 14 de agosto de 2008

Confesión (Mariela Dreyfus)

Siempre seré tu mujer.
No hay sumisión en esta entrega.

Las caderas que dócilmente se curvan
son mías y no. El roce es lento.
La lengua sedosa
busca tu red de nervios en la oscuridad.

Cada nueva estación
acepto este juego de espejos
en el que tú y yo, es decir,
una parte de tu cuerpo entra en mi cuerpo
y viceversa.

Siempre seré la que espía.
Y se divide para mejor mirarse, hasta encontrar
la oscura fisiología de las cosas,
el animal que sigiloso repta entre mis venas
y que pulsa y se agita
sobre la tibia esfera de tu vientre
encaramado y fijo
sobre la tibia carne de mis pechos.
La que indaga y persigue, ésa soy.
La que atrapa y domina hasta la náusea.

Y luego se tiende
y repite obsesiva el gesto de la ofrenda:
las fisuras ardientes / el furor en los ojos
los fluidos y goznes que a ti me atan.

No hay comentarios: