lunes, 27 de abril de 2009


Cuando vuelvo de caminar por el mundo, te encuentro tendido en el pasto. Tu cuerpo es suave y meto la cara en las nubes al tocarte la espalda. Lloro entonces porque siento el amor pleno, así, sin sombrero. Un amor lleno de nidos. Me conviertes en diosa bella. Me reúno con todos en ti y en todos me encuentro. Tú, pequeño lucero, me abres el cielo en la tierra. ¿Cómo no dar las gracias todos los días?


Malucha Pinto. Cartas para Tomás.

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