lunes, 5 de abril de 2010

No tengo otra forma de decirlo:


Cuando voy al trabajo pienso en ti


Mi Madre
Mi Hija
Mi República

Mi pedacito de piel entumecida
Mi bosquejo gatuno de invierno

Ese par de calcetines rotos
Ese tilde
Esas faltas de ortografìa
El impétigo de los liceos numerados
con su insignia puntiaguda como la estrella nacional

En tanta vértebra
caricia
y prohibición
tatuadas en el inicio de la consigna

Cuando voy al trabajo pienso en ti

Y lo escribo con rojo sobre los muros

Las mismas bufandas que nos aíslan del frío
semejan sogas para colgarnos de los árboles
Cuando nieva
cuando jugamos a ser animales extintos
y simulamos hacernos diferentes.
Encogidos Dóciles Salvajes
Abstractos en la curvatura abdominal

Cuando voy al trabajo pienso
en animales de carga
numerados
condicionados
recluidos en jaulas de 2 x 2
con las pupilas curiosamente opacas
y la carne lista para la faena.

Entonces recuerdo a mis padres
mis vecinos
mis compañeros de trabajo
y sus familias y sus jefes
y sus enfermedades laborales
porque los mismos sitios de tristeza
promueven la lucha y desintegración
de los mataderos.

Lo escribo sobre los muros y pienso en ti
Mi carencia
Mi cariño
Mi infancia
Mi ternura postergada por la responsabilidad

Yo sé que la adultez me llegó para sentirla

Camino y pienso
en las plazas infantiles
en el vapor de la respiración cuando llueve
en los animales del otro lado
y sus comidas
sus jaulas
sus hábitos recreacionales

Ellos no entienden
que nuestras esquinas son para rayarlas
y montar un improvisado espejo nacional
donde escupimos
orinamos
desechamos
la oferta comercializada en TV
y pedimos dignidad en la fabricación de nuestras casas.

Cuando voy al trabajo pienso en ti

en la alegría
el dolor y la rabia.

En las maneras de decirnos
en el barrial
y el aroma de las ferias libres

Cuando voy al trabajo pienso
en la historia nacional
con sus aullidos, fornicaciones y atentados
contra el número
la memoria
la nebulosa
y esa cordillera que nos marca los párpados.

No tengo otra forma de decirlo:
El mismo abrigo
las mismas manos
los bolsillos

(Nosotros nacimos con la piel dura
El sol nos quemó con su hoguera
dejándonos la mirada sensible)

Cuando voy al trabajo pienso
en esos niños que se las ingenian
para dejar que corra esta agua chilena
por sus casas
sus biografías
y sus cuerpos
A ver si así
la historia los valida
los resguarda
les pertenece.

Si pudiera nombrarlos
recordaría el líquido de mi Patria
inseminándoles el maltrato.

Cuando voy al trabajo pienso
en los niños bautizados por la periferia.
En sus caras surge
la conveniencia analfabeta de los héroes
y las cicatrices mojadas por el abandono.

Cuando voy al trabajo pienso en ti

y en la clandestinidad nocturna de las plazas públicas
en la nostalgia
la infinitud
y el deseo.

(Tanto desconocido
que jamás volveré a encontrar)

Cuando voy al trabajo pienso
en mi país y en la manera
de besarte los párpados.

1 comentario:

precaria dijo...

Muy lindo el texto... me gusta la frase intermedia...