sábado, 11 de abril de 2009

Sobre la poesía Teillieriana y sus antepasados surealistas



(1)Quizás sea la infancia lo que está más cerca de la verdadera vida. ¿Su nexo indiscutible? La mujer como puente entre una realidad y otra; cruzando a nado el Río de las Lágrimas.
Esposa, hermana, madre o amante; matríztica rosada en pos de lo maravilloso.
Soñar. Acceder a la belleza y al misterio inconsciente que impide enfrascarla en sus múltiples aleteos. Esquiva y devuelve una imagen de lo onírico: el soñador amniótico.
No molestar. EL POETA TRABAJA.
Como ella, (2)la literatura es uno de los más tristes caminos que conducen a todo.
Inabarcable. (3)Es el püllu el que sale a soñar.
Condena azarosa de ser. Intuir la extrañeza de lo irracional.
Bella Durmiente Siglo XX.
(4)Mi sueño fue muy extraño. Soñé que estaba en un laberinto, en una ciudad en ruinas. No podía salir... Había una niña vestida de blanco, de pelo largo. "Si bailas conmigo, las murallas caerán". Yo le dije que no sabía bailar. "No importa. Dame la mano". Y las murallas comenzaron a caer.



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(1) André Bretón. "Primer Manifiesto del Surrealismo (1924)". Barcelona, España. Editorial Labor, 1985. Pág. 60.
(2) Op. cit. Pág. 49.
(3) Sonia Montecinos. "Sueño con Menguante. Biografía de una Machi". Santiago, Chile. Editorial Sudamericana, 1999. Pág. 77. (Püllu: Espíritu).
(4) Daniel Fuenzalida. "Jorge Teillier. Entrevistas (1962 - 1996)". Santiago, Chile. Quid Ediciones. Diciembre, 2001. Pág. 168.

1 comentario:

La paciente nº 24 dijo...

Me aprendí la astronomía de tus lunares para desgajarle la rutina al cielo.