jueves, 8 de octubre de 2009

Varánido


Entonces vimos
cómo le sangraban las encías
porque la carne le cubría los dientes
al triturar cadáveres ajenos

Un cartílago
un hueso pineal
y vaya a saber una
qué otras taxonomías:
herbívoros
carnívoros
indulgentes
abusivos nervios compuestos
y médulas
y frotes

La carroña
que los dientes trituran
Los dientes la moldean
porque la carroña es una masa
una greda
una promesa de construcción
siempre y cuando sea entibiada
por una arcada
-putrefacta ductilidad del deseo-

(Hay tantos caníbales
y cadáveres
para ser devorados)

Incluso antes
de toda esta merma
la carne violeta gime
Hay grasa
hay una célula de aceite

Entonces vimos
cómo le sangraban las encías
porque la carne le cubría los dientes
incluso contra su propia voluntad.


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*Este animal es un reptil cazador al acecho (carnívoro oportunista) y carroñero que, para matar, no tiene que atrapar a su presa, sino que basta con que la muerda una vez, ya que su saliva tiene enzimas anticoagulantes y hasta 82 tipos diferentes de bacterias que provocan una paralización y una septicemia en su presa, que muere a las pocas horas. Entonces, el dragón de Komodo sólo tiene que seguir el rastro de su presa, y comérsela. Para mayor eficacia de su mordedura, por evolución, los varanos de Komodo han desarrollado una dentadura compuesta por largos dientes curvos que poseen su borde cóncavo posterior ligeramente aserrado, esto y la gran fuerza que cada unos de estos dientes puede ejercer (provocando heridas casi "quirúrgicas" ya que la mordedura total de la mandíbula de un varano de Komodo es relativamente modesta, mientras que la presión de cada uno de sus dientes es muy fuerte) facilita la profunda penetración del mordisco atravesando la piel y gran parte de la musculatura de la presa con lo que contamina rápidamente la sangre de la víctima así como la debilita por la hemorragia.
Luego de haber acechado y mordido a su víctima, que por lo general suele tener un tiempo suficiente como para huir gravemente herida hasta cierta distancia, los varanos de Komodo siguen su rastro aprovechando su lengua bífida que -como en el caso de los ofidios- les permite un sentido del olfato direccional (comparable al de una visión estereoscópica); luego al encontrar a la víctima agonizante la devoran. Cuando sus víctimas son grandes éstas son devoradas por varios dragones de Komodo al mismo tiempo; estos reptiles pueden ingerir el cuero, los huesos y hasta las pezuñas de sus presas.
Los dragones de Komodo pueden alcanzar una velocidad equiparable a la del trote humano (unos 20 km/h) pese a sus patas cortas y cuerpo bastante pesado y macizo, para llegar a "trotar" poseen una excelente capacidad aeróbica ya que el corazón de estos animales en tales circunstancias puede dividirse en solo dos ventrículos (como si fuera el corazón de un ave) lo que le da más eficacia aeróbica, tal eficacia se refuerza al poseer estos animales un dispositivo óseo en su alargado cuello que les permite expandir el ancho de su traquea y así poder inhalar y exhalar con gran eficiencia el aire que respiran.
Generalmente se movilizan en grupos de 2 a 10 dragones. Este varano es el mayor superpredador de su hábitat por lo cual (excepto el humano) su mayor rival sería otro dragón de Komodo.
Las luchas entre machos puede ser una mera demostración de fuerza, o un combate en serio. Los dos adversarios se levantan sobre sus patas traseras, normalmente aguantándose sobre el otro contrincante, y se arañan, se dan coletazos o se muerden.
Los dragones de Komodo no muestran demasiada actividad durante las horas de máximo calor del día, convirtiéndose en auténticos cazadores en las horas crepusculares e incluso a primeras horas de la noche. Se han registrado carreras de corta distancia para atacar a algunas presas que han superado los 20 kilómetros por hora, aunque siempre en pequeñas distancias, utilizando de modo más efectivo el ataque por sorpresa, normalmente junto a fuentes de agua. Los adultos en su hábitat natural se alimentan con cabras, cerdos, jabalíes, ciervos, perros y búfalos, aunque han llegado a matar y a comerse a las personas, en especial a los niños.20 Los jóvenes se satisfacen con ratas, pájaros, pequeños lagartos e insectos.
Dentro del agua, estos reptiles muestran unas excelentes cualidades natatorias, llegando a desplazarse entre islas con extraordinaria facilidad.
Recientemente, científicos de la Universidad de Melbourne han encontrado un complejo sistema de glándulas productoras de veneno en el cráneo de los dragones de Komodo. El veneno de esta especie provoca una severa pérdida de sangre causada por un agente anticoagulante que posee y provoca un 'shock' en la presa que termina por matarla. Se trata de un compuesto muy similar al de muchas serpientes.

*Fuente: Wikipedia (que se disculpa por la mala redacción)


1 comentario:

Felipe Smides dijo...

...desde luego,
es a la hora del crepúsculo donde el veneno actúa.