lunes, 14 de marzo de 2011


Perfectamente sacás el hilo y te parece que después de todo el otro ovillo no estaba tan enredado, empezás a pensar que estás perdiendo el tiempo, siempre el hilo viniendo mansito a ponerse sobre sí mismo en el cartón, lo de más abajo tapado por lo de más arriba que en seguida es lo de más abajo (como en las buenas polentas: una capa de tuco, una de polenta, una de queso rallado; o el juego que hacíamos de chicos, primero yo ponía una mano entonces abuelita ponía encima la de ella, y yo la otra y ella la otra; yo sacaba la de abajo -despacito porque ahí estaba la delicia- y la ponía arriba; ella sacaba la de abajo y la ponía encima, yo sacaba la de abajo -ahora más ligero- y la ponía encima. Ya venía la de ella, la mía, la de ella, la míaladellalamía qué manera de reírnos)

Julio Cortázar. Divertimento.

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