sábado, 17 de octubre de 2009

Sábado de una alumna dispersa





Jamás pude dedicarme a realizar una acción a la vez. Siempre busqué autores que entablaran diálogo o se rebatieran o se enamoraran; o simplemente dejé las lecturas para tomar un par de fotografías o cenar o mirar por la ventana.

Mi mamá no entendía por qué le pedía lenguaje a la par de las ciencias. Insistía en terminar lo que habíamos comenzado, aunque yo quisiera con toda mi rabia jugar con acuarela o comenzar a dibujar un mapa político.

En cuanto a la sistematización de los estudios, claramente me juega en contra. Leo a Bordieu, me aburro. Escucho voces que me entusiasman con el cine. Vuelvo a enamorarme de la sociología, descubro algo que me interesa, y tengo que escribir un texto.

Además de la dispersión, el problema subyace en mis tiempos. Pareciera que las ideas huyen si no logro satisfacer el goce de lo cotidiano. Según yo, el error consiste en inaugurar corrientes paralelas. No obstante, es el único método que conozco. Dejar latir, palpar, dormir, una esencia que a ratos amenaza con volverse completamente corporal, constituyendo un atentado contra mi morfología de ausencia.

3 comentarios:

Felipe Smides dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Felipe Smides dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Felipe Smides dijo...

La guerra santa es derribar mitos y construir un puente entre la cultura grecorromana y el sonido de una pestaña al caer. Necesariamente el crecer rozando bigotes de gato, se vuelve una primera instancia de peligro ante "otro" pero también de enamoramiento y ánimo de seguir, armando la escalera o dibujando una serpiente boa que digiere un elefante...

veo los mapas ahí de tus naufragios y tesoros escondidos.


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(sabes que ésto necesita un editor de texto? es extraño pues ya se inventó la goma que borra lápiz pasta)