miércoles, 23 de septiembre de 2009

Carita de Colibrí:


Yo no sé si buscarte incansablemente
por estas calles llovidas
obedece a una certidumbre consciente
de que jamás volveré a verte sino en sueños
porque en mis sueños verdaderamente vienes
y yo te acaricio el pelaje
diciéndome dormida que despierte
porque has vuelto con tu cuerpecito tibio
y tus ansias de leche y unos cuantos cubitos de azúcar.

Entonces, lloro
no sé si en el sueño o bajo la almohada
y mis lágrimas te mojan la lengua
tal como te humedecí
esa última tarde tendidas sobre el sofá.
(Yo no sé si recuerdas
que no fue mía la idea de sepultarte
sino de mi madre,
que me rogaba
que te dejase ir
mientras me aferraba a la tierra
como una loba que sangra
después de parir a sus cachorros)

Ahora pienso en tentarte
con alas de golondrinas
pero luego comprendo
que tu lenguaje no es de acá.
Por eso procuro
inventar un habla
maravillosamente inútil e ingenua.

(Recorto pedacitos de peces
y voy cosiéndolos
en el borde de nuestros labios)

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