miércoles, 16 de septiembre de 2009

Fatamorgana


1.

Estoy viviendo en un lugar
donde los perros abren las puertas.

A media mañana,
halos fantasmales se sientan sobre mi cama
pareciendo accidental el roce de los cuerpos.

En mi habitación,
el sol enceguece las palabras
y ya no encuentro adjetivos
ni siquiera
para una hoja de croquis.

Aquí el frío es atroz.
Me acuesto con una chaqueta de fieltro
y a medianoche despierto tiritando
(Entonces los fantasmas me calman)

En mi pieza
hay una ventana hexagonal.
En la noche acoge siluetas de gatos
que dejan de ser vagabundos para reconocerte.

Dentro de la casa
los fantasmas sueltan sus animales
y nosotras no comprendemos
si los felinos cachorros que vemos
son pura invención
o invitados especiales.
A veces anidan bajo la escalera
o se entregan a un maullido
sobre el sofá.

2.

Estoy viviendo en un nuevo Macondo
donde nadie fabrica pecesitos de aluminio

Acá traje mi cuerpo y lo que sobraba
para ver si en realidad
encontraba las piezas faltantes.

Toda vida supone una pequeña muerte.

Los fantasmas dicen uhhhhhh
y retornan a su río de lágrimas.

1 comentario:

Camila Cárdenas Neira dijo...

La verdad es que todo en este lugar
parece sacado de un cuento.
Es mi culpa,
por leer en voz alta
y cantar
mantras que hacen eco en las esquinas.
El secreto
es que existen guardianes
que se sientan en la escalera
atraviesan las paredes a la hora del té
y traman travesuras con que inquietarnos la noche.
Por eso las puertas,
los enchufes
las cosas que se pierden
los gatitos
los pesos en la cama.

Esto, sin duda,
Isabel no lo imaginó
cuando pensó en su casa
y sus mujeres clarividentes.

=)*