domingo, 13 de septiembre de 2009

Delirar después del sueño


Se reescribe con un trozo de desconocimiento, dependiendo del complejo del tiempo y del resto de lecturas que hayan subvertido a la pupila. Porque el ojo reverdece el influjo de aquellas voces quebradas o enteras advenidas con la segunda aproximación, incertera como las narraciones siguientes; todas animadas por un afán escurridizo de hacerse fluídas y filudas al tacto. Porque sin querer las letras se desparraman encima de los cuerpos, y cada vez tildan estrofas de pliegues inexplorados.

2 comentarios:

La paciente nº 24 dijo...

O soñar después del delirio atendiendo al último signo de un jeroglífico descifrado por los dedos, definitivamente fragmentados, inmutables a lo simple que se soporta en los brazos como códices del tiempo o de las nubes rojas y ciegas de lirismo.

Complicidad del Roce dijo...

(atender
toda señal
como un dedo que bordea
riachuelos extraviados
sobre un mapa)