lunes, 30 de marzo de 2009

Cartas para Tomás


Me gustan mis caderas.


Mi falda de raso negra y ajustada.

El corsé de encaje y los portaligas con media calada heredados de mi madre.

Me costó tanto adelgazar, tener el vientre liso y los pechos casi en su lugar.

Nada en mí devela que yo sea aún una mujer de partos carnales.

Mi vida la hago principalmente fuera de la casa.
Mis insomnios son por el mundo, por mi país, si se le puede llamar país.
Mi hijo dorado está bien.

Nada en mí devela que yo sea, aún, una mujer de partos carnales.


(Malucha Pinto)

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