En mi patria hubo un niño sucio y abandonado Recogido por mi madre Pero al tomarlo en brazos Se le caen los ojos y su suciedad es horrenda Pero ella insiste Aunque todos desean a ese niño Ese hijo que no sale de mí Sale del ojo del mundo y todos lo quieren menos yo Que no soporto verlo Sólo recojo sus ojos y los guardo en mi bolsillo
(Marcela Saldaño. Fragmento de Un Ojo llamado Cacería)
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