Tarde de Buganvilias. Hojeamos un álbum
como el viento hojea las encinas del parque.
Y aparece una niña que va hacia la glorieta
vestida como estampa haciendo rodar un aro.
Y tú no estás aquí ni en la destilería
donde ya nunca más gruñirán los toneles.
(Tú no sabes que aquí un día se jugó al diábolo
y relucía ufano el tren de trocha angosta)
La luna está en Creciente. Otros irán a Marte.
Seremos pasajeros de un navío fantasma.
Un perro ciego viene a lamer tu mano.
Rieles, destilería, tarde de Buganvilias.
(Jorge Teillier)
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